jueves, 22 de agosto de 2019

día 1 de vacaciones

Miro mis manos y están vacías;
los solté uno a uno y los dejé caer,
pasé por encima, los aplasté.
Renegué cuanto pude
por vergüenza,
por indiferencia,
por miedo.
Ahora siento la añoranza,
el impulso de retomar,
las ganas de reprochar que nadie siga ahí después de cerrarles la puerta en las narices
mientras me suplicaban bajo la lluvia.