viernes, 13 de julio de 2012

Demasiada humanidad

Les estaba haciendo la cena y entonces entraron en la cocina y me vieron llorar. Como era de esperar, les faltó tiempo para deshacerse en halagos y cumplidos, y no te preocupes que todo va a salir bien. Si en lugar de aquella retahíla de palabras me hubiesen dado un solo instante para abrir la boca, yo antes de todo aquello les hubiese podido decir que odio cortar cebollas.

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